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El pintoresco castillo de Kelburn


¿Quién dijo que los castillos tienen que ser sombríos edificios de piedra con exteriores grises o marrones? Pregunte al conde de Glasgow, que ha transformado su castillo en el más brillante de toda Escocia.

El castillo de Kelburn, cerca de Fairlie, a 35 millas al oeste de Glasgow, ha sido el hogar de la familia de los Boyles desde su construcción en el siglo XIII, por lo que es de los castillos más antiguos de Escocia que llevan siendo habitados continuamente por la misma familia. En 1703, el Parlamento de Escocia creó el título de “Conde de Glasgow”, por el entonces para el propietario David Boyle, que fue uno de los comisionados que negociaron el Tratado de la Unión que une Inglaterra y Escocia en la Gran Bretaña.


En 2007, al 10º y el actual conde de Glasgow, Patrick Robin Archibald Boyle, se le dijo que tenía que retirar la decoración de una de las estructuras que había sido añadida al edificio en la década de 1950, para evitar un mayor daño a la piedra. A sugerencia de sus hijos, Patrick Boyle, accedió a que la pintasen antes de ser retirada. Así que invitó a un grupo de cuatro artistas brasileños para adornar la torreta y paredes del castillo con un estilo único de graffiti.


El trabajo de los artistas brasileños recibió gran atención de los medios, atrayendo a multitud de turistas de todo el mundo. Historic Scotland, la agencia gubernamental responsable de la preservación de los monumentos históricos del país, había aceptado el proyecto, ya que se trataba de un grafiti temporal. La obra estaba destinada a ser eliminada después de tres años, pero al ver la respuesta del público, el conde hizo un llamamiento a Historic Scotland para hacer la obra de arte permanente. La agencia permitió un margen de maniobra que permitía a la obra de existir unos cuantos años más.







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